miércoles, 11 de marzo de 2015

Recuerdos duros

Hay días dificiles, días que no desearías haberlos vivido, días que se agarran a tu cabeza como un pulpo y no los puedes olvidar. 
Hoy hace 11 años (once años ya...) de unos de los sucesos más injustos, más abominables y más inexplicables que he vivido.
En Madrid hace 11 años perdieron la vida , sin ninguna razón, 192 personas. Una de ellas mi primo.
Os podría contar que mi primo era un hombre bueno, padre de un hijo de dos años y con un matrimonio feliz. Que era generoso, que se esforzaba en hacer felices a los demás, que estaba empezando a disfrutar de su hijo... Pero eso sería lo facil.
Recuerdo que ese día al oir las primeras noticias pensamos primero en mi prima, al localizarla nos quedamos tranquilos. Hasta que a las 11 me llamo mi hermana diciendome que no localizaban a mi primo. Era poco amigo de llevar movil (entonces aun era lo normal no tenerlos) y yo pense que estaria ayudando si se habia encontrado con el atentado. 
Las horas pasaban y nos juntamos toda la familia en casa de mi abuelo que estaba enfermo, mi tio llamando sin parar a sus compañeros del ejercito, nos dijeron que estaba en una lista de bajas, luego lo quitaron. La sensación de agobio y de indefesión es brutal. No saber que pasa, no saber que hacer, nada...
Imaginaos los padres... Salieron rapido a Madrid, y las horas se hicieron larguísimas.
Sin noticias, decidimos irnos a Madrid y llegamos a las 10 de la noche, a estas alturas lo mejor que podiamos pedir era que estuviera herido, pero despues de visitar todos hospitales mis primas y llamar a todos los telefonos habilitados seguiamos sin noticias.
A la mañana siguiente mi tio fue a IFEMA y reconocio a mi primo. Ahí fue la explosión de todos los sentimientos reprimidos, la voladura de las pocas esperanzas que quedaban, el vacio...
Recuerdo cada momento de aquel día... 
El dolor y las muestras de apoyo de Madrid.
Recuerdo que NH Hoteles cedió sus habitaciones a las familias de las víctimas, y una de las imagenes más impactantes que recuerdo es que una de las trabajadoras del hotel en el que nos hospedamos al vernos se echó a llorar, no hubo palabras, solo silencio y fue suficiente para sentir el dolor del atentado en Madrid. 
La gente se volcó y se lo agradezco desde aquí.
En mi familia es un día triste, pero lo aprovechamos para decirnos cuanto nos queremos y felicitarnos por estar vivos. 

Fredo:
11 años después todavía espero que me llames el día de antes de ir a Madrid para decirme que vienes a buscarme al tren.
11 años después aún maldigo no haberme despertado el día 7 para despedirme de tí, porque ibas a Madrid después de haber venido a ver al abuelo.
11 años después maldigo que fueras a clase de inglés ese día, y no fueras al trabajo con tus compañeros media hora después, ellos se salvaron todos gracias a Dios.
11 años después maldigo que te sentaras a repasar unos papeles y no te quedarás con tu vecino que se salvó.
11 años después aún tengo que decirte que sigues teniendo tu hueco en Garrapinillos y en tu Zaragoza.
11 años después sólo puedo decirte que te echo de menos y que te quiero primo.

Sé que allí donde estés nos cuidas y estas con nosotros, lo noto. 

Un beso enorme y un abrazo eterno.


domingo, 8 de marzo de 2015

La curiosa forma de protección de la mente

El sábado me dí cuenta de como mi mente se protegió para recibir una noticia que no deseaba.
Estaba esperando una respuesta a una entrevista para un tema de trabajo que me hacía especial ilusión. Es una experiencia para un año y este, era el segundo año que me presentaba.
El caso, es que el sabado me dijeron que no me habian seleccionado, y mi reaccion fue celebrarlo, negar que me hacia ilusión y luego me sumí en una espiral de negatividad, culpando a todo y metiendome en mi caparazón, protegiendome y autocomplaciendome pensando que todo me estaba saliendo mal esta semana, lamiendo mis heridas y perdiendo mi esencia. 
Estaba de mal humor, sin ganas de hablar con nadie.
Lo increible es que estaba convencido de que tenía razón, y no queria salir de mi capullo, tejido con mi frustración. Muchos intentaron ayudarme y me preguntaron que me pasaba, uno a uno les dije que nada, prefería seguir disfrutando de mi lodazal particular.
Hasta que alguien te hace ver que estas equivocado, aunque te obceques en la discusion de que tu punto de vista es el correcto, porque es el mas comodo (aunque en ese momento no te das cuenta).
Aguanto todos mis quiebros y gracias a sus pellizcos de realidad logro hacer un corte en mi caparazon, entró la luz y me empezé a dar cuenta de que mi actitud no era la correcta.
Me costó un día romper el resto del capullo en el que estaba metido, como una crisálida esperando su metamorfosis, es duro darte cuenta de la realidad. 
Al salir de mi cueva lloré, quizá es lo que necesitaba desde el principio, pero he salido reforzado, y creo que con más conocimiento de mi mismo.
Solo me queda dar las gracias a la persona que con paciencia fue cortando ebra a ebra, argumento por argumento, todas y cada una de mis frustraciones y mis ideas negativas, que acepte como defensa para justificar la noticia que no queria escuchar. 

Volviendo al cuaderno de bitácora

Después de muchísimo tiempo, muchas cosas que han sucedido y cambiado mi vida, muchas personas nuevas y la mayoría de las que ya tenía hace 6 años, voy a retomar el blog.
Ni que decir tiene que Garbancita nació y hoy es una preciosidad de 5 años y medio. A Garbancita, le siguió Garbancito, que cumplirá 3 en nada.
En todo este tiempo no es que no haya tenido historias para contar, lo que no he tenido ha sido tiempo la mayoría de las ocasiones y, porque no decirlo, ánimos para hacerlo.
Ha habido momentos muy duros, paro, juicios, estrecheces, pero como cada vez que se cierra una puerta se abre una ventana, en contraposición he tenido familia, amigos y un trabajo nuevo maravilloso.
Hoy puedo decir que estoy feliz, que he tenido días tristes pero que la mayoría han sido felices.
Y que, ahora sí, he vuelto.